“God’s Abortion” is a visceral, poetic, and haunting short story that blurs the line between horror and myth, identity and memory, the divine and the monstrous. Told through rich, sensory language, it pulls the reader into a ritual of transformation—spiritual, physical, and ancestral. The protagonist, Simón, awakens bound and blood-soaked in what seems like a nightmare. But the further the story progresses, the more it becomes clear: this is not a moment of death, but of rebirth. Simón is not just a victim, but the chosen heir to a forgotten lineage—called to awaken as a nahual, a mythical being tied to ancient traditions and buried memories. What begins as a grotesque scene of violence quickly becomes a symbolic journey inward. The true horror lies not in the creature before him, but in the realization that the creature is him—a reflection of his own buried self. The transformation is physical, but also spiritual: blood, fire, and ancient chants guide him back to a truth his body remembers but his mind had forgotten. The story excels in atmosphere. Its imagery is raw: screeching entrails, cracked bones, forgotten languages whispered by the dead. But beneath the gore lies poetry—each word carefully chosen to evoke not just fear, but awakening. “God’s Abortion” is a powerful allegory about ancestral memory, identity, and the sacred horror of becoming. It leaves readers shaken, but also strangely illuminated—wondering what forgotten truths might still live within their own blood.
River of Dust is a hauntingly poetic journey through the blurred lines between consciousness, memory, and digital existence. With a tone that drifts between post-apocalyptic reflection and philosophical inquiry, the narrative reads like a lucid dream—or perhaps a corrupted file of one. The protagonist, possibly a machine, possibly human, wanders through a decaying world layered with echoes of a forgotten civilization and the lingering whispers of a fractured mind.
**Año 3084.** La conciencia ya no es un atributo humano. Es un recurso. Transferible, programable, hackeable. La corporación **ISION**, en un intento por evitar la extinción de las mentes brillantes de la especie, creó el primer sistema de **Escisión**: una técnica que permitía dividir la conciencia en fragmentos persistentes, capaces de sobrevivir a la muerte física y transmitirse a través del semen a una descendencia modificada. La humanidad dio un salto: ya no vivíamos para dejar herencia genética, sino para codificar la percepción. Pero con el poder, vino el caos. La **Red Micelial**, una estructura de datos cuántica encriptada en el nuevo Blockchain Biológico, permitió a los nuevos humanos —los **Escindidos**— transferir percepciones, emociones y recuerdos entre sí. Cada salto dejaba una espora digital. Cada espora, un rastro. Cada rastro, una pista de cacería. El uso ilegal del algoritmo de percepción, llamado por sus creadores **IMPULSO**, pero apodado con reverencia por los rebeldes como **LUBEL**, se convirtió en el crimen más perseguido. Las corporaciones de seguridad mental, respaldadas por los **Dropnodes** —procesadores de salto vectorial—, arrestaban a cualquier individuo que se atreviera a “brincar” entre realidades sin licencia. Para sobrevivir, muchos recurrieron a **Flopixx**, un spray neuroexpandible capaz de dilatar los microtúbulos y permitir estados prolongados de percepción lúcida. La droga no solo ampliaba la conciencia, también convertía la imaginación en una interfaz: cada pensamiento, una simulación. Cada simulación, una posible vida. Un clon perdido en una misión espacial, recogido como basura flotante por un escuadrón de recolección, lleva incrustada una versión rota del algoritmo. Nadie sabe cómo sobrevivió tanto tiempo. Nadie sabe por qué su memoria está parcialmente suprimida. El misterio no es solo por qué fue creado, sino **quién lo programó** para recordar… **dentro de un sueño**. Y ahora, la red ha comenzado a replicar su código. Las esporas del clon se están esparciendo por toda la lattice. Algo se está despertando. Una nueva forma de conciencia: no humana, no artificial. Algo entre medio. Un eco. Un eco llamado **LUBEL**.
